César Seco
"Me preservo en mi silencio, pero no me niego a compartir su revelación y cada vez que lo intento agradezco si la poesía llega a hacérmelo presente...". Transpoética, 2009, p.143.
César Seco (Coro. Estado Falcón. Venezuela, 1959). Poeta, ensayista y editor. Fundador de la Casa de la Poesía "Rafael José Álvarez" y de la Bienal de Literatura "Elías David Curiel". Director de la Revista OIKOS. A principio de los años 80 formó parte del grupo literario Cráter. Ha sido galardonado dos veces con el Premio Municipal de Literatura de la Alcaldía de Miranda del Estado Falcón (1993 y 2000). Con el libro El Viaje de los Argonautas y otros poemas obtuvo el Premio de Poesía Bienal de Literatura "Ramón Palomares" (Trujillo, 2005). Fue colaborador del Suplemento literario Verbigracia del Diario El Universal. Integra la redacción de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo. Ha publicado El Laurel y la piedra (1991), Árbol sorprendido (1995). Oscuro ilumina (1999), Mantis (2004). Poemas y ensayos de su autoría han aparecido en revistas nacionales y extranjeras. Ha sido invitado a eventos literarios la Semana Internacional de la Poesía en Caracas (1999). I Encuentro Internacional de la Revista Poesía (Valencia, 2002), la Feria Internacional del Libro: (Mérida, 1999), (Maracaibo, 2002), Caracas (2003), el I y II Festival Mundial de Poesía (Caracas 2004, 2005) y la Feria Internacional del Libro de la Habana (Cuba, 2006).
Árboles - Video Festival Internacional de Poesía de Medellín.
Entrevista para Jornal de Poesía publicada en AGULHA (Brasil), dirigida por Floriano Martins.
césar seco
ENTREVISTA por
Ramón Miranda
RM ¿Qué significa para ti la poesía. Para qué sirve. Qué significa en el mundo moderno?
CS La poesía rebasa todo significado posible, pero si aventuramos un sentido personal, diría que la poesía es para mí el único vínculo con lo sagrado que aun pervive, es súbito, revelación, voz de lo invisible. En un mundo como el que vivimos, la poesía es una necesidad, es lo que impide que el espíritu humano sea arrasado por la tecnología y la banalidad.
RM ¿Cómo fue tu formación poética inicial? ¿Podrías señalar algún hecho(s) revelador(es)?
CS Llego por súbito a la poesía. Después de una adolescencia difícil, signada ésta por el padecimiento de la epilepsia, enfermedad que te arroja por ahí sin que puedas evitarlo, signada también por los múltiples peligros a los que me expuse andando en la calle desde temprana edad, luchando con eso y conmigo mismo, con mis carencias, llego a una biblioteca y entro a trabajar en ella como auxiliar y encuentro en la palabra y los libros, no sólo refugio, sino la posibilidad cierta de expresar, lo que me acontecía, mis certezas y dudas. Integré con unos amigos un grupo literario, teníamos la pretensión de no querer deber nada a nadie y queríamos ocuparnos de borrar todo lo que nos antecedía como literatura, como cultura en sí. Pero sólo fue eso, un arrebato juvenil y sólo nos sirvió para burlarnos de cierto espíritu solemne y mediocre que nos rodeaba en nuestra ciudad. Por mediación de Marvella Correa, Darío Medina y Raúl Dovale Soto, todos poetas, este último un monje para mí, parecido físicamente a Juan Ramón Jiménez, conocí, me encontré con Dámaso Ogáz, el extraordinario artista chileno de la imagen y la palabra de paso por Coro. Dámaso infiltró sus originales postulados en el espíritu de revuelta que animó al Techo de la Ballena. Con él, con Dámaso, hicimos un seminario sobre arte contemporáneo y despertamos de la ignorancia. Dámaso contribuyó decisivamente en nuestra inicial formación, es él quien nos hace ver el sentido de vanguardia, de ruptura permanente en el arte y con el cual nos identificamos, pero es también quien nos hace identificar el instrumento, el lenguaje, el primero que nos pide rigor. A través de él leímos a Rimbaud y Lautreámont, a los simbolistas, Mallarme, Valery, a Bretón y los surrealistas, escuchamos música dodecafónica y la atonal, Varesi, el blues, el jazz. Trabamos contacto con el teatro del absurdo y con el de la crueldad, con Artaud. Si bien no es este un hecho revelador, si lo creo conducente, estimulante. Luego vino la lectura sosegada de los místicos, por mediación de un amigo entrañable, la experiencia de vida comenzó a exigirme la necesidad de ir a mi interior por las respuestas, por las palabras que me asediaban, luego de un primer libro con el que nunca estuve satisfecho. Comencé a intimar con el espíritu, o bien con la esencialidad que propicia, aprendí a reconocerme en mi silencio y a comunicarme mediante la palabra escrita. Compartí mucho con pintores y artistas, lo cual redundó en un mayor compromiso, de lecturas de preparación continua para lo que se estaba gestando, para lo que estaba llamando a mi voz. Nunca olvido la temprana amistad con el artista Ernesto Zaléz, acucioso desde niño, y con su padre, el poeta Paúl González Palencia, quien fue el primero en creer en mí. Tal vez por no defraudarlos a ellos he insistido. También debo la atención inicial que me brindó el poeta Reinaldo Pérez Só, desde la prestigiosa revista Poesía, de Valencia.
RM ¿Cuáles escritores han dejado huella imperecedera en tu poesía o en tu carácter poético?
CS Esta pregunta siempre es difícil de contestar, a riesgo de parecer pretencioso, sólo puedo hablar de las lecturas que me han maravillado, autores y libros, que me han revelado un sentido de familia, una correspondencia de espíritu. Elías David Curiel, por el enigma que representa su vida y su obra, y porque definitivamente, entre nosotros, es el poeta oracular, el que abrió la botella de la modernidad para que bebiéramos todos, cada quien a su manera. Pero nada mayor que la amistad y la cercanía con Lydda Franco Farías y Rafael José Álvarez, en nuestra comarca solar. Con Juan Sánchez Peláez, Alfredo Silva Estrada, Luis Alberto Crespo, Reynaldo Pérez Só, Armando Rojas Guardia, Santos López, Luis Alberto Angulo y otros poetas de reconocida obra en el país, con los que me une el respeto y el afecto. En lo universal, Vallejo, Pound, Rilke, sin olvidar el legado de Hölderlin, Novalis, Keats, atendiendo la llama de los maudits, los simbolistas y la corriente existencialista y la esencialista, que emergen a partir del romanticismo, de la eclosión de este. Pero, Dante ha sido la lectura propicia que la madurez trajo. No desestimo la referencia, pero siempre me horrorizó la imitación o la ligereza, y tal vez por esto no separo vida de arte; consciente de que la poesía se hace con palabras, aunque sepa a su vez, que no sólo con ellas se hace, si la vida no se vive desde la poesía misma, desde su lúcida desnudez. Por ahí puse en un verso: Pudiste hacer poesía con poco agua, no sin ella.
RM ¿Responde la actual poesía falconiana a la tradición modernista iniciada por Elías David Curiel. Podrías señalar nombres?
CS El modernismo dejó más que su aliento precursor, pero bien sabes que hace mucho se le torció el cuello al cisne y poetas como Vallejo iniciaron lo que se llama la conquista al revés, la conquista de la lengua madre. Las vanguardias cumplieron en la medida de lo que les alcanzó para derribar esquemas y ataduras, abrieron compuertas, pero el inexorable tiempo ha envejecido sus postulados. Entre nosotros, en la tierra chica, el poeta Hugo Fernández Oviol siempre recrimina que a todo cuanto tiene que ver con poesía entre nosotros se le de el nombre de Elías David Curiel, como si después de él no existiese más nada. Tiene razón el poeta vikingo. Está Queremel, muy poco estudiado, que se conectó con la generación de la guerra civil española; está Ángel S. Domínguez casi en el olvido, está Otón Chirino, el mismo Hugo, con su dosis de ternura y solidaridad ejemplar; está Lydda Franco, contestataria; está Rafael José Álvarez, telúrico; está Paúl Palencia, cuya obra no ha sido apreciada aún; está Rafael Alfonso, Pedro Cuartín, Marvella Correa, estás tú, Celsa Acosta, Benito Mieses, Ernesto Zaléz, Simón Petit, José Barroso, Gilmer Contín, Gregorio Meléndez, entre otros. Tengo convicción que en este momento los más jóvenes, entre los cuales, Antonio Robles, Anthony Alvarado y Ennio Tucci, apuntan y sólo espero que no desmayen en la constancia.
RM ¿Qué función cumple el escritor en la actualidad?
CS Un papel menos cómodo, debe integrarse al proceso de participación sin perder su rostro poético, sin ajustar su sentido crítico a cualquier idea o dogma, sin renunciar a lo que su voz clama, sin renunciar a la poesía
RM Señala tres poetas venezolanos y no venezolanos fundamentales. ¿Por qué?
CS Ramos Sucre, Juan Sánchez Peláez y Ramón Palomares, porque sobre ellos discurre el río de nuestro discurso poético. Latinoamericanos: Gonzalo Rojas, Olga Orozco, Eliseo Diego. Pero también, El Chino Valera Mora, Cadenas, Silva Estrada, Crespo, Montejo, Calzadilla... La poesía venezolana es una de las de mayor calidad en Hispanoamérica.
RM ¿Cómo se articula la poesía escrita en Falcón en el marco nacional?
CS Es una de las más respetadas y leídas es un país de pocos lectores. A esto ha contribuido, sin duda, Enrique Arenas, su difusor permanente.
RM ¿Cómo oyes tu voz interior? ¿Hacia dónde discurre tu poesía?
CS Ya te dije, un súbito me hace presentir el todo anidado en las cosas. Mi poesía parte del silencio para encontrar el silencio. Por esto es que el símbolo que más me atrae es la mandala, y el arquetipo que más me seduce es la rosa. Un pan en la mesa puede decirme tanto como puede también, la luz que lo pone ante mis ojos. La noche, los estados límites me solicitan, reclaman mi atención. La música callada del silencio me hace permanecer en vigilia. Vivo la poesía en un estado de expectación, de perplejidad. La voz de la historia está llegando a mis versos.
RM ¿Responde la gerencia cultural del estado a la amplia producción literaria de la región en lo que se refiere a publicación y distribución?
CS No aún. La cultura es soslayada por los intereses políticos y entre ésta, la literatura o la poesía, sólo reciben una cantidad mínima del ya ínfimo presupuesto para publicaciones. No obstante, nos la hemos arreglado para publicar libros y revistas. Reconocemos la vitalidad que el estado ha inyectado a la actividad editorial a través de la Fundación El perro y la rana y la asistencia que se ha brindado a Monte Ávila y a la Biblioteca Ayacucho. Pero, la distribución sigue siendo el coco, pese a la existencia de Kuai Mare (ahora Librerías del Sur) y de la propia distribuidora nacional, no se compite en igualdad de condiciones con las trasnacionales del libro.
tomado de: http://www.jornaldepoesia.jor.br/bh36seco2.htm